Desmoronada quedó, en sólo un mes, la relación del gobierno de Sheinbaum con la administración del estadounidense Donald Trump, exhibiendo la inoperancia del cuerpo diplomático mexicano que, en los hechos, ha logrado cero resultados en los temas que interesan en Palacio Nacional.
Por ejemplo, las redadas contra migrantes, aplicadas desde principios de junio, continúan en las principales ciudades de EU, y a la fecha 252 paisanos han sido detenidos y deportados.
Y esta semana se agravó la crisis, por la sanción del Departamento del Tesoro, a cargo de Scott Bessent, a las instituciones financieras mexicanas CiBanco, Intercam Banco y Vector Casa de Bolsa, por lavar millones de dólares de cárteles del narcotráfico.
De más está abundar en el impacto que tuvo esa medida en Morena y en el segundo piso de la cuatroté, pues Vector es propiedad de Alfonso Romo, quien fue jefe de la Oficina de la Presidencia en el sexenio de su socio Andrés López.
¿Cómo se llegó a esto, si la presidentA había capoteado de manera espléndida los embates de Trump y su gobierno? Una de las teorías más sólidas en los círculos políticos de Washington apunta a que la Casa Blanca vio un desdén del gobierno mexicano hacia el secretario de Estado, Marco Rubio.
Todo comenzó el pasado 21 de mayo, cuando el funcionario de EU anunció su intención de visitar México para reunirse con la presidentA Sheinbaum. Incluso, el subsecretario de Estado, Christopher Landau, fue recibido el 11 de junio en Palacio Nacional, para preparar la gira de Rubio. Pero tres días después, la mandataria mexicana aceptó la invitación del primer ministro canadiense, Mark Carney, para asistir a la cumbre del G7, en Alberta, y de paso anunció que se reuniría allá con Trump, con quien trataría directamente los temas que originalmente abordaría con el secretario de Estado.
El cuerpo diplomático mexicano, ilusionado por lo que sería la primera reunión frente a frente de la mandataria con Trump, no tuvo la delicadeza de extender a Rubio una propuesta para saludar allá a la presidentA, y así hacerle ver que consideraban importante su encuentro con ella.
Al final no se dio la reunión Sheinbaum-Trump, debido al inicio de la guerra entre Israel e Irán, y la visita del segundo hombre más poderoso de EU quedó en pausa, si no es que cancelada.
En tanto, los apretones de Washington a México continuaron. El mismo día en que se reveló la sanción a la empresa de Romo, la fiscal Pam Bondi colocó a México entre los adversarios de su país.
Para rematar, el presidente Trump respaldó totalmente gravar las remesas, inyectar más recursos para ampliar el muro en la frontera con México y deportar anualmente a un millón de indocumentados.
Todo eso, como parte de su plan fiscal al que se refiere como el “Gran y hermoso proyecto de ley”, que se estaría aprobando en el Senado, a más tardar, este 4 de julio, Día de la Independencia de EU. ¿Y la diplomacia mexicana?
POR RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN
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MAAZ